lunes, 25 de mayo de 2015

Plaza de la Corredera


Vista desde Arco Bajo
Martes, ‎26‎ de ‎mayo‎ de ‎2015
Plaza de la Corredera
La Plaza de la Corredera es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Córdoba. Esta plaza, única plaza mayor cuadrangular de Andalucía, se encuentra situada en el centro de la ciudad. Tiene su entrada y salida a través de los llamados Arco Alto y Arco Bajo.
Entre los edificios que dan forma a la plaza destaca el Mercado de Sánchez Peña o las Casas de Doña Ana Jacinta. El actual Mercado de Sánchez Peña sirvió de sede consistorial así como cárcel, hasta que en el siglo XIX, 1846, el empresario cordobés José Sánchez Peña, compró el edificio e instaló allí la más moderna industria de Córdoba con máquinas de vapor para crear una fábrica de sombreros, instalando a los obreros en la parte alta del inmueble donde tuvieron sus viviendas.
El espacio ocupado por la plaza ha sido profundamente remodelado con el paso del tiempo. La plaza ha sido utilizada con diferentes fines, principalmente festivos, tales como las corridas de toros de las cuales deriva el actual nombre de la plaza.
El 18 de diciembre 1981 fue declarada Bien de Interés Cultural.
Acera Norte
Origen

Construida en el emplazamiento que se cree que en su día ocupó parte del Circo Romano, este espacio fue profundamente remodelado con el paso del tiempo. La plaza ha sido utilizada con diferentes fines, principalmente festivos tales como las corridas de toros, organización de juegos de caña, etc., derivándose el actual nombre de la plaza de este hecho.
Situada fuera del núcleo principal de la ciudad romana, el actual emplazamiento de la plaza tuvo seguramente funciones festivas y de ocio para los cordobeses. Asimismo y bajo dominación árabe, la plaza pudo ser perfectamente un lugar de intercambios comerciales, dada la situación entre la Ajerquía y la Medina árabe, y tal y como había ocurrido en otras plazas castellanas. Independientemente de estos hecho se cree que hasta el siglo XV, la plaza de la Corredera fue una gran explanada extramuros de la Medina o ciudad alta cordobesa y que fue utilizada para intercambios comerciales. En el siglo XVI y con el interés de regularizar esa zona urbanística, se piensa en la construcción de una plaza cuadrangular que permita regularizar toda esta zona, reforzando el carácter comercial que iba trayendo desde siglos anteriores, por decreto del rey Carlos I que concedió la celebración semanal de un mercado en el año 1526.
Dada las dimensiones de la plaza de la Corredera, ésta fue utilizada en numerosas ocasiones para la celebración de todo tipo de actos, bien fiestas y homenajes, como la de las Navidades del año 1571, con motivo de la victoria de las tropas españolas sobre los turcos en la Batalla de Lepanto, así como para autos de fe como los realizados el 2 de diciembre de 1625, 21 de diciembre de 1627 y 3 de mayo de 1655 [1]. También fue utilizada como lugar de ejecuciones
Arco Alto




Descripción de la Plaza Primitiva.
Ya indicamos que a mediados del siglo XVI se ensanchó la plaza, y por el tiempo en que se verificaron las funciones descritas se le hizo una pequeña reforma que después ofreció grandes inconvenientes. El tramo desde la calle de Odreros al testero alto estaba completamente liso, sin puertas, rejas ni balcones, tanto que era conocido por "la Pared Blanca", contra la cual formaba la Ciudad unos andamios en todos los actos públicos, y durante siglos se colocaba el dosel de la presidencia hasta que, edificada la cárcel, su saliente balcón vino a cubrir aquel servicio. Entonces permitieron abrir algunas puertas en la Pared Blanca, con la condición de poderlas tapar en las fiestas públicas, y después los señores Angulos, dueños de aquellas casas, las edificaron de nuevo con multitud de ventanas, o sean tres galerías, con muchas columnitas que las dividían, pues las puertas que ostentan son del presente siglo. Por entonces pareció muy linda su decoración, y no dejó de pensarse en que estuviese igual toda la Corredera. Cárcel tenía un gran balcón en el centro, que al ser sustituido por el actual lo colocaron en la fachada de la casa de recreo de la huerta La Favorita o de Morales, en la sierra. 
Seguía el Pósito, útil establecimiento que se extinguió en la primera mitad de este siglo, y su edificio se enajenó en virtud de las leyes de desamortización. Su primitiva fachada era de las más bellas de Córdoba. Lucía en su primer cuerpo un juego de esbeltas columnas de mármol negro, sosteniendo una cornisa de lo mismo; sobre ésta, una galería con catorce ajimeces moriscos, divididos por lindas columnas de alabastro y con unos antepechos calados de primorosa labor, casi igual a una balaustrada con que concluía, teniendo varios pedestales ostentando, alternados, los escudos de España y Córdoba. Después se veía el mesón de la Romana con unas cinco varas de frente, formando esquina a la plazuela del Socorro, entonces del Hospital de los Ángeles.
Entre esta embocada y la calle del Toril o de los Toros estaba la iglesia del Socorro, tal como ya la describimos. Seguían dos o tres casas; en una de ellas habitaba el ejecutor de la justicia, y esto hacía que todos le llamasen el Rincón del Verdugo. Desde éste al Gollizno -nombre que daban a la entrada de la Espartería- había 33 casas desiguales en su altura y líneas de fachada, y por último, el testero alto describía dos curvas que eran conocidas por la Panza y el Codillo. En general, las casas formaban unos portalejos sostenidos por pilarotes de madera, de la que estaban también hechos los balcones o ajimeces. Los frentes eran llamados los Gualderos, y al alto le decían la Valla.

"Casa de Doña Ana Jacinta"

Construcción de la actual Plaza
La morfología actual, proviene del proyecto del arquitecto salmantino Antonio Ramós Valdés, quien bajo mandato del Corregidor Francisco Ronquillo Briceño, construyó un rectángulo semirregular de 113 metros de largo y 55 metros de ancho, en 1683. La obra, que tuvo como maestros mayores de la ciudad a Antonio García y Francisco Beltrán, tuvo un coste de 752.972 reales y 8 maravedises. La construcción no fue integral ya que se limitó a la fachadas de las mismas debido a la falta de fondos. Los dueños de las casas que daban a la plaza, fueron adquiriendo los metros de fachada que querían para sus correspondientes balcones.
Para ello derribaron la fachada primitiva del Pósito así como la Ermita de los Ángeles, creando las mismas de nuevo. Se inutilizó una calleja existente, la calle de Carreteras, construyéndose los arcos Alto y Bajo como entrada a la plaza.





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